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El secreto de AMLO para continuar después del 2024

Ciudad de México. - Un reciente artículo del diario británico Financial Times destacó que el presidente López Obrador resultó el segundo líder mejor calificado entre una muestra de 13 líderes en el mundo.

El seguimiento, realizado regularmente por la firma Morning Consult, mide la diferencia entre quienes respaldan y rechazan a cada mandatario. El primer lugar correspondió al Primer Ministro de la India, Narendra Modi con 50 puntos de “aprobación neta” mientras que AMLO tuvo 42, que resulta de 67 por ciento de aprobación y 25 puntos de desaprobación. Ese nivel contrasta con el -3 de Joe Biden o el -19 de Jair Bolsonaro, que ocupó la última posición en este seguimiento.

Este hecho fue expuesto en la conferencia mañanera hace algunos días y los partidarios del gobierno usaron esta afirmación para afirmar el buen desempeño que está teniendo el gobierno de López Obrador.

Por mucho tiempo se ha discutido respecto al contraste que existe en la valoración del presidente de la República y la de su gobierno.

Es un hecho que son dos cosas completamente diferentes.

Por ejemplo en la más reciente encuesta de el financiero, López Obrador obtuvo un nivel de aceptación de 61 por ciento. En tanto las valoraciones de las diferentes políticas fueron muy diferentes. En economía, la aceptación apenas llegó al 38 por ciento; en combate a la corrupción el 40; en seguridad pública al 31 por ciento, y en todas ellas, fue mayor la desaprobación. Solo en materia de salud, la aceptación rebasó la mitad y alcanzó el 53 por ciento.

Una menor calificación de sus políticas respecto a la de su persona ha sido prácticamente una constante desde que comenzó este gobierno.

Sucede lo mismo con el contraste en el nivel de aceptación del presidente y la votación por el partido político que él fundó.

Mientras que el presidente tiene porcentajes de aprobación que superan el 60 por ciento en las elecciones de este año, Morena, el partido que fundó, solamente pudo obtener el 35.5 por ciento.

Su coalición logró la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados solo al sumar los votos de sus partidos aliados, el Verde y el PT.

El gran dilema que tiene el presidente López Obrador es que si este comportamiento de los ciudadanos se mantiene a lo largo de los próximos dos años y medio, sería factible que el alto nivel de aprobación que tiene no se refleje en la votación por Morena, sea en la elección presidencial o en la del Congreso.

Un escenario posible es que aunque Morena ganara la presidencia o fuera mayoría en el Congreso, perdiera la mayoría absoluta.

Esto es algo que entiende perfectamente López Obrador.

Una preocupación que ha expresado en varias ocasiones el Presidente es cómo garantizar que los cambios que ha hecho en estos tres años y los que pretende hacer en los siguientes tengan permanencia a pesar de ese escenario.

Por eso el interés de realizar ahora reformas constitucionales en diversas materias.

Por ejemplo, si prosperara la reforma constitucional en materia eléctrica, sería muy difícil que una próxima administración la echara para atrás.

La razón es que aún en el peor de los escenarios electorales para Morena y sus aliados, es poco probable que la oposición pudiese obtener una mayoría calificada en las dos Cámaras, condición esencial para reformar la Constitución.

Otra de las reformas que el presidente plantea que queden plasmadas en la Ley fundamental es la del sistema electoral.

Si se lograra realizar el cambio que pretende el presidente y que desmantelaría las instituciones electorales como el INE o el TEPJF, probablemente las reglas que habrían de crearse permanecerían por lo menos por otro sexenio si no es que por un mayor tiempo, lo que daría a Morena aún más posibilidades de mantener el poder.

El hecho de que el nivel de respaldo que hoy tiene el presidente no sea trasladable a Morena, no es obstáculo para que pueda establecerse un nuevo entramado jurídico que sea muy difícil de desmantelar.

Hay otros elementos de permanencia, más allá de los estrictamente legales, que también son muy relevantes.

Quizás el más importante de ellos es el papel que le está dando a las Fuerzas Armadas.

Aún si un gobierno de otro partido llegara a partir del 2024, sería muy complicado quitar el espacio que hoy ya tienen el Ejército y la Marina.

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